Trabajar por mi familia


Mi historia es muy triste. Es muy triste porque yo empecé a trabajar allá en mi pueblo, en Acapulco, yo soy de cerca de Acapulco, desde los 13 anos. Yo no más fui al tercer grado. No lo termine porque fuimos muy pobres. Mi papa no más trabajaba para mantenernos.  Como yo vi que él se esforzaba mucho por mantenernos – yo soy la cuarta hija – me fui a Acapulco a trabajar en una casa.  A los trece años yo empecé a lavar, planchar, trapear. La comida no la hacía pero si todo lo de una casa.

Cuando yo iba a feriar mi cheque, todo el tiempo al mes, iba mi mama a traer dinero para llevar comida de Acapulco pa’ el pueblo. Yo no vivía ahí. Yo vivía con una hermana pero ahí trabajaba. – ¿Ya no me necesita? me iba pa’ la casa de mi hermana.  Dure con esa patrona. A los quince años, antes de los quince, yo iba saliendo del trabajo y un hombre que me acosaba me llevo a fuerza. Me subió a un taxi en Acapulco y me llevo para su pueblo. Allá él hizo de mi lo que él quiso en el rio y me metió a bañar y de ahí de que me baño me llevo pa’ su casa de él, donde su mama.  Ya después, cuando mi hermana me andaba buscando, me regreso él a Acapulco. Pero pues yo no lo quería, porque pues no había sido mi gusto. Yo pensaba trabajar, no tener marido tan joven.

Y ya de ahí ya tuve dos hijos con el pero me golpeaba.

“Abusaba mucho de mí. Me robaba mi dinero cuando yo trabajaba. Me lo robaba. El dinero me lo robaba porque yo no se lo daba. El decía que trabajara y se enojaba y me pegaba. Abusaba de mí.”

Decía que no hallaba trabajo. Es que él no quería trabajar. Me ganaba con, me gana, si es que vive con 17 años. Y después me canse porque no me dejaba y me vine a Guadalajara con mi patrona de antes. Que este señor no me dejaba pero yo ya venía embarazada de mi segundo hijo. Y acá en Guadalajara tuve a mi hijo y dure trabajando para mantener a mi hijo y mandarles a mis hijos y mandarle a mi mama,  a mi papa. De ahí fue una amiga, una vecina de un pueblo, para acá. Ella ya había estado aquí en este país. Y me dijo que me viniera pa’aca con ella, que porque de aquí iba poder mantener mejor a mis hijos y ayudar a mis padres. Y yo me vine con ella y deje a mis hijos chicos, allá los deje chicos con mis padres y me vine a trabajar aquí. Así pasándoles dinero.

Me vine con una amiga. Me pase de ilegal, para trabajar yo y mandar dinero de aquí para mantenerlos. Y trabaje cuando llegue aquí en el primer trabajo que fue en los olivos, arboles de olivos, allá adelante de Huron. Allá cerca de un rancho de puros olivos. Y  en ese olivo nosotros dormíamos en el rancho porque vivíamos en Parlier. Y de Parlier nos íbamos este cada sábado en la tarde. Y de ahí mandaba dinero para mi casa para mis hijos.

“Pero allí en el rancho de olivos no había casas, dormíamos en los carros. Pero ahí vivíamos mucha gente, cocinábamos con leña las familias.”

Y después conocí al papa de mi hija, porque yo tengo una hija nacida aquí. Me traje a mis hijos, me ayudo a traer a mis hijos. Pero ya después con el tiempo también me salió muy abusivo. Me golpeaba – mucho – me mando hasta al hospital. Y ya después tanto golpe y tanto. Yo me enfade. Me enfado y a lo mejor ya se enfado tanto golpearme y se fue. ¡Gracias a Dios! ¡Que me dejo a rodillas! ¡Adiós que se fue!  ¡Se fue! Con otra persona. Y de ese afeite ya tengo, ya voy pa’ 18 anos. Sola.

Seguí trabajando para mis hijos. Ahorita ya son adultos. Gracias a Dios ya los mantuve, pobremente, pero yo los saque adelante. Y de esas cosas yo me siento orgullosa porque yo fui como quien dice segunda vez madre soltera. Yo saque adelante a mis hijos. No son profesionales pues ellos no quisieron estudiar, pero los mantuve y son unos muchachos, gracias a Dios, de bien. Trabajan para ellos porque yo ya pues vivo sola. Tengo años.

Luego conocí a Líderes. Una amiga me invito y yo estaba muy deprimida porque yo me puse triste porque la segunda vez golpeada, abusada. Y ya entre a Líderes y jamás depresión. Pero ahorita ya se me está quitando. Estoy en tratamiento todavía psicológico pero ya se me está quitando. Gracias a Dios. Porque aquí con las compañeras como si uno tuviera terapia. Es una terapia para nosotras porque aprendemos unos a las otras.

Y pos ese fue mi historia. Fui madre soltera dos veces y la primera jovencita. Nunca anduve en malos pasos. Simplemente trabajaba. Aquí en el fil empecé en el olivo, después me fui a los empaques,  mi trabajo en este país. Me iba a las cuatro llegaba a las cinco. Una hora y media de Madera a Huron o adelante. Hora y media de camino. Yo tenía muchas obligaciones aquí y en México porque yo les seguí mandando a mis padres.

Todavía le mando a mi mama pa’ que tenga su dinerito. Mi papa se murió, pero mi mama vive. Y yo cuando puedo yo le mando poquito pero le mando. A mi mama le doy poquito todavía cada mes yo le mando. Cada que tengo. Ya quede acostumbrada porque es mi mama. Este quedo viuda. En México la vida esta cara. Y yo le mando a mi ama gracias a Dios poco cada mes le mando.  Es historia triste, mi historia de jovencita. Mientras viva voy a ser fuerte.

 

La cronista Maria dedica la historia de su vida a “mi familia una flor”. Maria redactó esta historia durante el taller Líderes Campesinas: sembrando el futuro, realizado en Greenfield, California.

Related Posts

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *