Mi niñez


Agradezco a Dios infinitamente por la vida de mi madre, la mujer que me dio la vida. Al ser que más amo y que más admiro en esta vida por encima de mis propios hijos que son mi razón de vida, mis tres princesas y mi príncipe azul y al amor de mi vida, mi esposo.

Espero no ofender a nadie por lo que narro de mi vida.

Voy a compartir un poco de mi historia pero quisiera reservar mi nombre. Yo hice este dibujo que están mirando aquí, que pienso que al estarlo mirando me regresa a 24 años atrás en mi vida. Y este es el motivo que yo estoy aquí en Estados Unidos, por eso quise compartir un poquito esto.

Este es mi familia, somos nueve hermanos pero tres de mis hermanos, son los más grandes y se casaron rápido y se fueron de la casa. Mi hermanito, el más grande, de dos años más grande que yo, yo y el otro niño, éramos seis hermanitos en la casa.

“Yo sé que no debemos de hablar de las personas cuando no están, pero a veces es un poquito difícil porque hay preguntas sin respuestas.”

Aquí está mi padre. Tristemente ya no está aquí, el falleció. Fue difícil ver como en manos de mi padre, mi madre vivió mucha violencia domestica. Como ven en este dibujo era hermoso– era sol. Un sol  lleno de luz. Alrededor de mi familia había mucho color pero en mi casa no. Era como se ve esta casita, puedo recordarlo, una casa muy negra, yo creo, no recuerdo su color.

Mi padre murió en el ’91.  Mi madre se miro muy mal. Ella, yo no sé si por costumbre, o por lo que fuera, ella se puso muy mal por la muerte de mi padre. Le afecto muchísimo. Yo creo, no sé si es por lo que ella vivo a lado del, o no entiendo hasta ahorita. Todavía  me pregunto y no encuentro respuestas. Entonces nosotros tuvimos que salir de Tijuana. Yo tenía como 15 años.

A la corta edad de diez, doce años, yo tenía que tratar de proteger a mi madre, y a mis hermanitos, porque de la persona que nosotros esperábamos que nos protegerá… Yo no sé a lo mejor yo no puedo juzgar porque yo no sé qué fue lo que le toco vivir a él. A lo mejor el solamente estaba repitiendo algo que le toco tristemente vivir. No lo sé. No estoy juzgando a mi padre,  porque él nos trato solamente como él tenia información. Entonces tuvimos que salir de Tijuana.  A  veces yo digo tal vez de un lugar que no debía salir y a veces digo por algo Dios hace las cosas.

Mi padre falleció en el ’91, a fines del ’91. Estuvimos un año mas en Tijuana y nos tuvimos que venir porque éramos 6 niños, yo tenía 15 años, entonces éramos 6 niñitos sin un padre, una madre enferma. Se dio muy mal mi madre, tristemente. Entonces tuvimos que venirnos para California. Mis hermanos los más grandes nos apoyaron. Una de mis hermanas se hizo cargo de mi madre. Ella la apoyo muchísimo y mi otra hermana nos apoyo en el sentido de que nos pudimos quedar con ella los tres primeros meses. Mi hermano era el que dio el dinero para que ella se hiciera cargo de nosotros.

A la edad de quince años y medio yo empecé a trabajar en el campo. Era una niña. Lo que recuerdo de lo que pudo haber sido una fiesta de quinceañera era que yo tenía que estar trabajando en el campo. Trabaje por nueve años en el campo.

Si me llegaran a preguntar ¿Como es que se da la fruta, tan hermosa, que es la fresa? Lo que es sortear la planta, limpiarla, escoger la planta buena. Como sembrar la plantita. Como darle el cuidado para que salgan esas fresas. Como sacar la fresa, lo que es caneria, para el jugo, para el champú, para todo. Hacer todo, lo he hecho completo de lo que es la fresa. He trabajado en el pepino, en la calabaza, en todo. Nueve años de mi vida en el campo.

He escuchado muchas veces que dicen que cuando uno vive en la violencia domestica tiende a repetir lo mismo, tristemente. Gracias, yo le doy gracias a Dios porque yo creo en Dios.  Deje que Dios hiciera de mi vida lo que mejor pudiera hacer y no repetir lo que sufrí en niñez. Y, gracias a Dios, me toco un hombre, no un hombre que digamos perfecto, porque creo que no existe en el ser humano, pero es un hombre. Es noble. Yo digo que tiene corazón, que tiene buenos sentimientos y gracias a Dios, desde el principio hasta la fecha.

 

La cronista Cielo es organizadora de la comunidad y Oaxaqueña.

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