Mi nombre es Elizabeth. Soy una mujer migrante. Vine a seguir a mi esposo. Me case con el completamente enamorada sin imaginar que al poco tiempo de casada empezó mi tortura sobre violencia domestica. Durante me vida viviendo con mi familia nunca supe lo que eso era. Nosotros en la familia nos tratamos con respeto.
Aun así fui sometida por mi esposo y tuve cuatro hijos; 3 niñas, 1 niño. Yo no desee seguir con violencia domestica y dejar que mi esposo me golpeara, me insultara.
“Decidí romper mi compromiso con él para siempre.”
El siguió acosándome cada vez que le pedía ayuda para mis hijos. Deje de pedirle ayuda para terminar ese acoso.
Me puse a trabajar muy duro, y también a estudiar. Estudie enfermería y pude sacar adelante a mis hijos, a pesar que ellos tienen señales de estar afectados sentimentalmente por la separación entre yo y su padre. Ellos no creen en el matrimonio a pesar de que les digo que el matrimonio y tener una familia es bonito. Lo único es escoger bien a su pareja y sobre todo educarse para hacer cambios en la vida y o pasen por violencia domestica en sus vidas. Todos debemos hacer un cambio en nuestras vidas.
Hoy participo en Líderes Campesinas organización. Ayudando a otras personas a vencer la violencia domestica. Hoy puedo sonreír y sentir el apoyo de mis compañeras.
La cronista Elizabeth dedica esta historia a sus “adorados hijos Elizabeth, Jacob, Cindy y Stephanie.” Esta historia fue escrita por Elizabeth durante el taller Líderes Campesinas: Sembrando el Futuro, realizado en Greenfield, California.