Mi historia es que en 1994 llegamos a este país yo y mis 3 hijos porque mi esposo nos arregló papeles con lo de la amnistía. Empecé a trabajar en el campo y así pasaron los años. Tuve un accidente en el trabajo y ya no pude trabajar. Mi esposo se enfermó de una enfermedad que también ya no pudo trabajar. Mis hijos empezaron a trabajar. El hombrecito en el campo y una de las mujeres en la escuela. La otra mujercita también, pero al paso del tiempo mi esposo murió un 14 de febrero del 2010.
Hasta la fecha estas fechas son muy tristes.
“Los doctores nos dijeron que había fallecido por tanto químico que les ponen a las tierras y porque todo el tiempo él trabajó en el campo”.
Yo sigo muy triste, pero al ver a mis hijos ya realizado cada uno con sus familias y saliendo adelante con sus hijos…
Yo estoy en una organización que me ha enseñado a salir adelante y aprendiendo muchas cosas nuevas para mí y para poder compartir con mi comunidad para ayudar a compañeras que pasan por varios abusos en el campo o con sus parejas. También nos enseñan a prepararnos para poder apoyarlas y con sus familias. Yo todo lo que aprendo trato de ponerlo en práctica.
Todavía me duele mucho lo que paso con mi esposo porque para estas fechas son muy tristes para mí y sus hijos. Toda la familia. Pero con el apoyo de Lideres Campesinas y todas mis compañeras de todos los comités y los talleres que nos dan he aprendido muchas cosas y sé que alguna vez o dentro de poco yo lo voy a ver. A veces quisiera tener alas para volar a verlo. Es que el me comento antes de morir que él quisiera tener alas para ir al mar y caminar en la arena. Cada que estoy cerca del mar me acuerdo mucho de él.
La cronista Alas al viento escribió que vive en Greenfield, California y se dedica al hogar.