¡Hola! Mi nombre es Verónica. Soy de México. Llegue a los Estados Unidos a la edad de 18 años. Tengo tres hijos. Una niña de 20 años y dos niños de 12 y 13 años de edad. Soy hija de madre soltera. Tengo solo una hermana.
Bien, a diferencia de muchas otras mujeres, creo que a pesar de solo haberme criado con mi madre fui muy feliz ya que ella es una madre muy amorosa y compresiva.
“Pero el mejor ejemplo que ella me ha dado es el de ser una mujer fuerte y capaz en todos los aspectos,”
he escuchado de muchas amigas sus historias donde cuentan que a ellas les imponían muchas reglas por así decirlo. Ejemplo: el de hacerle caso a sus esposos en todo. Atenderlos muy bien, pedirles permiso para cosas que ellas quieren hacer y muchas otras cosas. En mi caso fue todo lo contrario. Mi madre me enseño ha ser independiente, el que tanto el hombre como la mujer tenemos los mismos derechos.
También a diferencia de muchas personas yo me vine a los Estados Unidos según solo por tiempo para conocer más lugares, pero todo dio un giro diferente y me quedé aquí. Ya tengo 20 años viviendo en este país. Mi hija nació en México. Mi hijo en Houston, Texas y el más pequeño en Long Beach, California.
Creo o más bien estoy segura de que la experiencia más dolorosa en mi vida no fue el haber crecido sin padre, ni mucho menos el que mi esposo me haiga dejado. El dolor más grande que mi corazón a sufrido fue el que mi hija a la edad de 19 años saliera embarazada, y no por lo que la gente dirá, ya que o tengo ideas muy diferentes a que la virginidad de la mujer sea lo más importante. Yo no creo que un pedacito de tela defina a una como lo más importante. Nosotras las mujeres valemos por muchas, muchas otras cosas.
Mi dolor más bien era el que yo quería que ella no pasara por lo mismo que yo a tan corta edad, pero, pues ahora soy abuelita de una hermosa princesa Arianna y ese dolor se ha convertido en el más grande amor que nunca imagine que existía.
A raíz de un accidente que tuve en mi trabajo conocí de Lideres Campesinas, con quienes ahora colaboro y me siento muy feliz de hacerlo. Ya que puedo ayudar a mi comunidad y me siento una persona útil. Porque si hay algo que no soporto es que abusen de las personas. Y que pongan etiquetas (discriminen). No soporto el que hablen del color de piel y crean que eso las hace diferentes y mucho menos en este país donde habremos personas de todas las naciones y eso es lo que hace de este país tan hermoso — la diversidad.
La cronista Verónica Pérez se dedica a Lideres Campesinas y a su hogar. Viene de México.