Mi historia de hoy es cuando yo era un niño. Mis tíos me llevaban a las vacas y a la Ciénega. Mis papas me mandaban a la escuela y yo no iba. Después hubo un tiempo, que ya era costumbre, tenía que hacerlo. Este después unos amigos me empezaron invitar a tomar, y empezamos a tomar, y empezamos a tomar, y empezó a gustarme el alcohol. Y después de allí empezaban a invitarnos, empezaban a invitar a un cigarro. Y después del cigarro, fue otro cigarro diferente. Y después del cigarro diferente, fue otra cosa más fuerte pero mi sueño mío, era ser un futbolista. Pero, cuando de allí, pa’ ser un futbolista, necesitas tener una palanca pa’ que alguien te apoye.
Si alguien no te apoya, no puedes ser alguien en la vida, pienso. Y este y cuando paso todo eso así, cuando se hizo ese proceso, que ya no se hizo mi carrera todo se fue para abajo. Luego yo empecé a hacer otras cosas más fuertes, y ya eso ya era costumbre, lo que yo antes estaba haciendo. A veces hasta agarraba coraje, hasta con mi propia familia, por lo que yo no hice, pero a la vez hasta familia yo la culpaba por lo que yo no hice.
“Pero yo pienso que todo eso fue por culpa mía, no fue por culpa de ellos.”
Y después de eso un tío me llevo para el DF, para ver si me controlaba.
Salí de Michoacán, hacia el DF, y allí duré como unos dos años. Tenía como unos trece, catorce años. Empecé a tomar ya debe ser, como a los diez o nueve años.
Entonces, ya mi tío me llevo para el DF, y mi tío, con mi tío estaba cerca de eso, de la iglesia. Me empezó a llevar a retiros espirituales, si me compuse un poco. Si me compuse un poco, gracias a él. Pero, pues no era igual, porque no tenía el cariño de mi papa, de mi mama, no estaba mi familia, en esas cosas si se siente un poco triste.
Mi papa, a nosotros nos arregló como en el dos mil, estoy aquí, y hasta ahorita, estoy bien, y me siento contento. Y tengo una familia extraordinaria que me siento feliz, ¿verdad? Y, pero no pude hacer mi carrera de futbolista. Eso era el único sueno que yo tenía en la vida, hacer eso, pero no se pudo, no se pudo hacer eso. De todos modos, le doy gracias a dios por donde estoy ahorita.
Yo tenía un mes, un año o meses cuando mi papa se vino. Tengo cuatro hermanos. Jugaba futbol con mi hermano que me lleva por un año. Con él siempre jugábamos futbol todo el tiempo. Jugábamos en un campo que estaba allí de mi casa, como a unas cuatro, cinco cuadras, o a veces jugábamos en la calle con amigos.
Todos mis hermanos ya están acá. También esta ese hermano. Nada más, que a él si le gustaba estudiar, y a mí no me gustaba mucho el estudio, nunca me gustó mucho el studio.
Un tío con el que yo me crie desde que yo era un niño. Él era futbolista, el empezó a ensenar como jugar y como entrar y hasta como no golpear a alguien y todo eso. Me gustaba mucho jugar de delantero, de extremo derecho. El extremo derecho significa que tú vas a estar nada más de delantero, del lado derecho, no te vas a mover de allí. Se le llama extremo derecho porque el que es el otro es el extremo izquierdo, y el otro es el extremo derecho. Son los que son derechos, y el que juega y el que está en el lado izquierdo, es el que juega con la izquierda.
Empecé agarrar la pelota como de los tres, cuatro años. Cuando empecé, cuando ya estábamos jugando futbol, es que hay muchas envidias entre amigos, y todo eso y ya cuando estamos en los partidos o finales, los empiezan a invitar a las cervezas, – Que órale, una para la sed. Y de allí empiezas a tomar una o dos y ya era costumbre. Como jugábamos cada domingo, pues cada domingo, este cada domingo tomábamos. Todo sábado y domingo. Tenía como unos doce, trece años.
Estaba con muchachos más grandes. Como yo era bueno para jugar futbol, yo estaba en un nivel más alto que los demás. O sea, yo jugaba de doce, trece años, yo jugaba con muchachos de veinte, veinte y dos años, veinte y tres años. Pues, los más grandes, les ensenaban a los más chicos y empezaban a tomar y pues también me daban a mí.
Hubo un momento cuando paso un caso con un amigo, aquí me paso. Un amigo en un partido de futbol, nos peleamos. Y un amigo le pego una patada al otro amigo, aquí en la pura cabeza, y quedo inconsciente como por una media hora, y yo le pedí a dios, que, si le dejaba vivir, ya me iba retirar de ese desmadre en lo que andábamos. Y si vivió, pero ya no quedo bien. Como al tiempo, a él, como a los meses, le cortaron su pierna. Le diagnosticaron cáncer en el pie, porque no se fue a curar de su pie, y ya como a los cuatro, seis, siete meses, se murió de cáncer. Él tenía como unos diez y siete, diez y ocho años. Yo lo consideraba a él, como uno de mis mejores amigos, que era muy bueno para jugar futbol.
El cronista Juan Francisco Aviña López es trabajador y le gusta el deporte. Es de Michoacán, Mexico.