Había una vez, una jovencita casi niña que estaba enamorada o ilusionada con un joven 3 años mayor que ella. Logro con ruegos y suplicas a sus padres le dieran el permiso de ser novia de aquel joven, que para ella estaba muy guapo. Empezaron su noviazgo y para ella todo era color de rosa. Lo quería mucho, salían juntos a lugares de paseo agarrados de la mano y de vez en cuando el la besaba en la boca y a ella esto la hacia sentirse en las nubes. Hasta que una tarde llega su hermana mayor y le cuenta que vio a su novio en el baile con otra muchacha besándose. A ella se le cayó el mundo encima. Sintió que su corazón se rompió en mil pedazos. En esas fechas llegó una tía de ella al pueblo de visita a la familia y le pidió al papa de la muchacha que la dejara ir con ella a EUA para ponerla en la escuela y siguiera estudiando.
“…una tía de ella al pueblo de visita ala familia y le pidió al papa de la muchacha que la dejara ir con ella a EUA para poner la en la escuela y siguiera estudiando. Sus padres estuvieron de acuerdo y para ella fue un momento de mucho gusto porque se dijo así misma que seria la oportunidad perfecta…”
Sus padres estuvieron de acuerdo y para ella fue un momento de mucho gusto porque se dijo así misma que seria la oportunidad perfecta de cuidarse de aquel novio que la hiso sufrir tanto y llego el día de partir con su tía a rumbos desconocidos con su tristeza pero con la esperanza de olvidar aquello que la hacia sufrir.
La cronista Manuela Nely es una guerrera que se dedica a educar y organizar. Es de Sonora, Mexico. Campesina por muchos años y madre de 5 hijos. Trabaja como trabajadora de alcance organizadora de grupo de jovenes en el valle de Coachella con Lideres Campesinas.