María tenía un don para la solución innovadora de problemas. Su liderazgo brillaba al inspirar a sus amistades, familiares, comunidad, legisladores y organizaciones a tomar acción. Sus esfuerzos como voluntaria incluyen haber estado en la mesa directiva de la Fundación Chicana Latina, una organización sin fines de lucro en el norte de California que otorga becas, mentoría y capacitación en liderazgo a estudiantes de primera generación que asisten a la universidad, muchas de ellas indocumentadas. Al enterarse sobre la llegada a San Francisco en 2018 de familias recién inmigrantes, María cofundó el programa Regalitos, el cual es un programa a través del Centro Educativo de la Misión en el que se obsequian regalos durante fechas festivas a niños y niñas que están en escuelas públicas.
María trabajó durante 23 años para el Departamento de Salud Pública de San Francisco, en donde diseñó y se convirtió en la directora del innovador programa integral llamado Whole Person Care (Cuidado Integral de Personas) diseñado para atender a la población sin techo que está expuesta a un alto riesgo. Mientras otros condados en California adoptan este innovador enfoque, el legado de María continúa creciendo.
María y el arte eran hermanas del alma. Como partidaria de las artes en la comunidad, María abogó ante la ciudad de San Francisco por que hubiera equidad racial y cultural en el financiamiento de las artes, lo que la llevó a convertirse en Comisionada de las Artes, así como presidenta y miembro de la mesa directiva de varias organizaciones artísticas sin fines de lucro. Entabló amistad con muchos artistas indígenas y latinx, a quienes recibía como visitas en su propia casa y de quienes coleccionaba sus obras; dedicó su tiempo libre a apoyar el propósito y la belleza del arte público.
En el año antes de su fallecimiento, María reunió a un grupo estupendo de músicos y videoartistas para crear Nuestros Niños Son Sagrados (Our Children Are Sacred), un grito poderoso que exige la liberación de niños y niñas que se encuentran enjaulados en la frontera de EE.UU con México. María tenía más que una pasión por ser patrona y defensora de las artes: era la artista en ella la que levantaba la voz. María creó arte de todo lo que podía, desde el activismo, arquitectura, diseño de sistemas, a ser madre, aficionada de la moda y una gran amiga.
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El Tecolote: María X Martínez: 9 de agosto de 1954-15 de julio de 2020